Ante la problemática de algunas materias, como las matemáticas, que se presentan como contenidos aislados del mundo cotidiano de los alumnos, aburridos para ellos e incapaces de desarrollar capacidades básicas en los alumnos (comunicarse escrita u oralmente, dibujar,..), aparece la necesidad de innovar.
Existen multitud de formas de innovar, pero todas ellas tendrán como objetivo principal conseguir que los alumnos desarrollen conocimientos que utilicen de forma sistemática, para resolver los problemas que se les planteen a diario. Otro objetivo debe ser el de tratar de desarrollar a través de los contenidos de la materia, otras competencias importantísimas como la de ser capaces de comunicar procedimientos, opiniones, …
Una innovación en este sentido fue la promovida por Carles Lladó en centros de secundaria de Cataluña durante los años 90. Esta innovación consistió en relacionar los currículos de materias como matemáticas y ciencias de la naturaleza, permitiendo así que los alumnos tuvieran una visión más global e integradora de las matemáticas, que era la especialidad del profesor Carles Lladó. Así se relacionaban e impartían simultáneamente contenidos referentes a matemáticas, como el bloque de estadística y probabilidad, con contenidos referentes a ciencias de la naturaleza, como la genética humana. Otros conceptos relacionados eran el de razón y proporción (matemáticas) con el sol y la formación de sombras (ciencias de la naturaleza).
El segundo pilar de esta innovación pedagógica era la interacción entre alumnos y entre alumnos y profesor. Queda claro, a partir de los estudios de Vygotsky, que el desarrollo y aprendizaje de los alumnos se ve favorecido por las interacciones que se establezcan en el aula, y que pueden incluir ayuda activa, participación guiada o la construcción de puentes (andamiaje) por parte de alguien con más experiencia. Esto se consigue mediante el intercambio de impresiones e ideas de los alumnos. Se produce entonces un intercambio de opiniones y razonamientos entre éstos, que bajo la mirada y la intervención (si es necesaria) del profesor irán construyendo un conocimiento bastante alejado de lo memorístico. Otro ejemplo de aprendizaje basado en la interacción y cooperación es el llamado método del “PUZZLE”. http://estrategipedia.com/tag/puzzle/
Este tipo de innovaciones presenta algunas dificultades. La primera es que el profesorado debe tener un amplio conocimiento tanto de las materias que se vayan a relacionar, como de las diferentes estrategias para impartirlas. (Hay que relacionar conceptos que pueden pertenecer incluso a curso y ciclos diferentes dentro del currículo).Otro problema que veo es la dificultad que puedan tener los alumnos para asimilar un mayor número de conceptos nuevos y desconocidos para ellos, respecto a los métodos tradicionales. Esto hará necesario más tiempo para desarrollar las clases, y tiene que implicar la coordinación de los diferentes departamentos. De lo contrario esta innovación podría ser un fracaso.
Manuel Ruiz
No conocía esa página. Viene también mi innovación "preferida", el método por proyectos (ABP, PBL...) http://estrategipedia.com/?s=m%C3%A9todo+por+proyectos
ResponderEliminarEstoy de acuerdo en el trabajo y dificultad que les supone a los profesores en comparación con el método tradicional, pero ¿tú crees que a los alumnos también les será difícil asimilar conceptos? Yo creo que les costará cambiar el método (antes podían "desconectar" en clase y ahora van a tener que estar "conectados") pero los conceptos yo creo que se asimilarán de forma más sencilla.
Yo apoyo la hipotesis de Isabel. Y añado, que además de que no creo que sea más dificil asimilarlos, creo que a la larga se recuerdan mucho mejor porque no son un conocimiento aislado de una u otra materia, sino que estan interrelacionados con contenidos de diversa índole.
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