Aquí estoy, de vuelta al IES después
de más de una década, pero esta vez con un objetivo diferente: aprender a
enseñar.
Para todos
aquellos que hayan decidido dedicarse a la enseñanza por comodidad, vacaciones,
horarios, vida personal, etc. os dejo como ejemplo al director de mi IES.
Cuatro años al frente del mismo en horario de 8,30 a casi las 21,00 h (bueno supongo que no todos los días), pero
ayer desde luego así fue, organizando actividades con otra jefe de estudios,
que, en su opinión, vale por dos.
¿Quemado? No,
para nada. Cansado, seguro que sí. Debe de ser agotador hacer tu trabajo y
aquel que no te corresponde, que sobrepasa tus funciones, porque no se da
respuesta a tus requerimientos. Una persona y un equipo directivo que se
involucra todos los días en hacer frente a un proyecto nuevo y que no cesa en
su empeño de mejorar todo lo concerniente a la organización y educación en el
IES.
Cualquier trabajo requiere dedicación
y en ocasiones puede llegar a ser frustrante, si te lo tomas en serio, claro,
pero, por fin, cuando se ven los resultados, se decide continuar con otro
mandato de 4 años más. No ha debido de ser tan malo el periodo anterior, para
volver a presentarse como candidato…
Ejemplos como estos son los espejos en que deberíamos mirarnos todos los días.
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