Hoy he realizado grandes avances. Me estoy volcando en uno de
los grupos, el de 3º ESO, formado por 18 chicos que serán mis futuros alumnos,
al menos durante 2 semanas. Les hemos llevado al aula de informática y he tenido ocasión de lanzarme a la aventura pedagógica. Moviéndome sutilmente entre sus ordenadores (y con la venia del profesor titular) me he puesto manos a la obra, repasando con ellos las bases teóricas de la química para poder desarrollar una serie de actividades a
través de simuladores y recursos informáticos. He observado gran interés por su
parte.
Pienso que es importante dejarles algo de autonomía pero siempre procurando que el
nivel exigido en las tareas se corresponda con su nivel de conocimientos, de lo contrario
estas actividades resultarían un absoluto fracaso. Ellos mismos se han visto capaces de
progresar satisfactoriamente. Mi ayuda ha sido un mero acompañamiento para
lograr los objetivos. Ahora me acuerdo de la figura del “guía” en el aprendizaje constructivo que tanto hemos
mencionado en el módulo genérico del máster.
Aunque se ha tratado simplemente de un pequeño apoyo a los chicos, este primer contacto directo con ellos me ayudará a estar más a gusto cuando tenga que presentarles la nueva unidad didáctica.
¡Esto promete!
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