martes, 6 de marzo de 2012

Casos misteriosos y otras anécdotas

Empezamos el día y la semana con el “caso de los dibujos misteriosos” en las mesas y cambios de posición de las mismas en una de las aulas. La profesora observa que el viernes se debió dar el suceso, pero ninguno de los alumnos parece saber nada… Al día siguiente reanudamos la investigación sobre el caso de las pintadas en las mesas, la profesora pregunta a 3 alumnos que faltaron el lunes, nadie ha sido… Una chica dice: “¡Que lo diga ya! Todo el mundo sabe quién ha sido, pero nadie quiere chivarse”. Otro propone: “¿Por qué no lo olvidamos y ya está? Las mesas ya están limpias. Y la profesora le responde: “Y ¿qué arreglamos olvidándolo? Las señoras de la limpieza han tenido que limpiar lo que vosotros mancháis”. Otro compañero dice en voz baja: “Si lo dice es mejor. Es como en la cárcel, si confiesas te cae menos…”. La profesora apela a quien haya sido, que se lo diga en privado, que no le va a pasar nada; pero que no es tolerable que se destroce el mobiliario. (Parece que la conversación ha surtido efecto, porque a la salida dos chicas le han contado que habían sido ellas las que había pintado las mesas).

Otra de las anécdotas destacables ha tenido lugar en otra de las clases, en la que la profesora estaba explicando la enfermedad de la gota, y les pregunta si han oído hablar de ella. Se escuchan murmullos entre los alumnos, y una alumna dice, “si, Paquirrín tiene gota, por eso se tuvo que ir de Supervivientes”, a lo que el resto de sus compañeros responden afirmativamente y con risas, todos parecían saberlo. Esto denota una gran cultura televisiva generalizada, me pregunto cuántas horas al día se dedicarán a ver la tele…

En 1º ESO la tutora me presenta, ya que es la primera vez que entro con este grupo, y una niña me pregunta si pongo notas, le respondo que no, y dice: “ah, vale, entonces no tengo de qué preocuparme”. Me sorprende que esa sea su primera reacción al verme, que su máxima preocupación sea que está allí para vigilarles y ponerles notas.

La profesora es expresiva mientras explica, les habla con claridad y emplea gestos, para captar su atención. Pero a ellos, lo que en ese momento despierta toda su atención, es el nuevo misterio que está teniendo lugar en la ventana, el caso de “la persiana que se baja sola”. Todos se giran hacia el lugar de los hechos con gran interés, la profesora manda subir la persiana completamente y zanja el asunto. Lo que queda claro en esta profesión es la cantidad de recursos que debes manejar ante la contingencia (¡y paciencia, mucha paciencia!), porque hay que estar preparado para cualquier situación, nunca sabes lo que te puede deparar una clase.

Como nota de humor, al finalizar la clase una alumna levanta la mano con una sonrisa y le dice a la profesora “te quiero preguntar algo, pero no sé muy bien cómo”, la docente le da confianza para que lo pregunte, y la niña prosigue: ¿Por dónde hacen los peces sus necesidades? (Risotada general). A lo que la profesora responde con toda naturalidad.

1 comentario:

  1. :D Me encanta el ambientillo del instituto, hay anécdotas a todas horas!

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