jueves, 5 de abril de 2012

Del cielo al infierno

Muy buenas a todos.
Voy a debutar con mi crónica sobre las prácticas en el IES, contando alguna cosilla de lo que más me ha llamado la atención en mi corta experiencia.
La Unidad Didáctica que he desarrollado y que he puesto en práctica ha sido para una clase de 4º ESO. Pero no es de lo que yo quería hablaros (o escribiros). Hace un par de semanas estuve en dos clases muy distintas y que me dejaron bastante impactados por diferentes razones. Esto es lo que os voy a contar.
La primera de las clases a la que hago referencia, fue una clase de matemáticas de 1º ESO. El ambiente que había en la clase me pareció increible, positivamente: los alumnos no hablaban nada, su comportamiento era ejemplar, hacían caso a la profesora en todo lo que les mandaba, la prestaban atención cada vez que ella hablaba... No tuvo que mandar callar a nadie, ni llamar la atención a ningún alumno... Pero además, en un ambiente relajado. Quiero decir que no había tensión porque el que se moviese se la cargaba. Este comportamiento les salía a los alumnos naturalmente. Me pareció una clase realmente ejemplar. Además, hablando después con la profesora, me dijo que la mayor parte de ellos son ejemplares en cuanto a actitud y a notas en la mayor parte de las asignaturas. Esta es una cara de la moneda.
Ahora os voy a contar la otra cara de la moneda. Se trata de una clase de 3º ESO de Física y Química. Durante los 50 minutos que dura la clase, el profesor fue incapaz de conseguir que todos los alumnos le prestaran atención, y eso que solamente eran 12. Pero el ambiente y el comportamiento era realmente malo para adolescentes de 14-15 años: hablando entre ellos, tirándose la goma o papelitos los unos a los otros, usando el móvil debajo de la mesa... Y por mucho que les llamases la atención no hacían ni caso. La verdad, según mi punto de vista, era para que hubiesen acabado los 12 en jefatura.
Como reflexión final, me gustaría reflejar la variedad de alumnado con el que nos vamos a encontrar en nuestra labor como docentes, y el distinto trato que les tenemos que dispensar a cada uno de ellos para intentar que su proceso de aprendizaje sea lo más satisfactorio posible.
P.D.: Por último, un homenaje a un grande que nos dejó hace un par de días, y que refleja lo que al final es realmente importante.

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